La última oportunidad de AMLO
Hace unos días, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indicó que México será sólo después de Venezuela, la economía de la región más afectada por la crisis actual. ¿Qué tienen en común los dos países? Tienen a presidentes que aún creen que el petróleo es la panacea que traerá riqueza a sus naciones.
El diagnóstico para México es especialmente decepcionante porque tiene muchas ventajas competitivas sobre el resto de América Latina que no pueden ser ignoradas:
- Tiene más de dos mil kilómetros de frontera con la economía más grande del planeta: Estados Unidos.
- Tiene entrada a los dos océanos más importantes en materia comercial: el Atlántico le da entrada a Europa y el Pacífico a Asia.
- Tiene una población joven (27 años en promedio) y mayoritariamente en clase media (80 a 90 millones de personas).
El pronóstico de la CEPAL tiene más que ver con el desperdicio de dichas ventajas y al hecho de que la actual administración decidió darle un mayor peso a sus proyectos de estado a costas del sector privado.
La caída de los precios del petróleo a niveles negativos deja a la visión del presidente mexicano Andrés López Obrador (AMLO) muy mal parada. Existe demasiado petróleo, muy poca demanda y existe la tendencia a sustituirlo por energías más limpias que cuestan cada vez menos.
El gobierno no podrá financiar sus proyectos con ingresos provenientes de materias primas. Ese modelo le funcionó a Venezuela (petróleo) y Bolivia (gas), hasta cierto punto porque gozaron de una época con precios altos. A diferencia de esos países sudamericanos, México está en un proceso de integración económica y comercial en el que su alta manufactura ofrece bastante más valor agregado a las líneas productivas.
La mejor apuesta de AMLO sería robustecer el sector empresarial, atraer una mayor inversión e impulsar el turismo para aumentar la base gravable, aumentar la recaudación y así fondear sus proyectos de gobierno.
Para ello requiere de un cambio de 180 grados en la dirección de la presente administración. En particular, requeriría:
a. Cancelar la refinería de Dos Bocas. No sólo tiene sentido desde el punto de vista de la poca rentabilidad que tendrá el proyecto sino de lo que esto provocaría en quitarle presión a Pemex.
b. Revivir el NAIM. Y no sólo eso, impulsar nuevos proyectos con inversión pública y privada en las distintos aeropuertos de las capitales regionales más integradas al comercio internacional: Monterrey, Guadalajara, Tijuana y Cancún.
c. Aprovechar los bajos costos de energía para fortalecer una mayor inversión en infraestructura económica en el desarrollo de gaseoductos provenientes de Texas. Sería una situación ganar-ganar con los Texanos.
d. En un período en el que Washington podría volverse más proteccionista, garantizar la implementación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), debería ser prioridad para que México siga teniendo acceso preferencial.
e. A nivel interno, fortalecer los contrapesos institucionales y corregir los errores cometidos en materia de transparencia, derechos humanos y energía.
f. Realizar un pacto nacional en el que no sólo apoye al sector empresarial durante esta coyuntura de crisis sanitaria, sino que fortalezca el pacto federal. Las entidades federativas lo piden con desesperación.
g. Hacer cambios en el gabinete para incluir a personal con una visión más técnica y moderna. Un gabinete con más Urzuas y menos Bartletts.
h. Establecer un imperio de la ley y estado de derecho.
Seguramente algunas empresas que están fuertemente invertidas en China les gustaría reducir el riesgo de que existan sanciones o restricciones al comercio de EUA con ese país y reubicar al menos una parte de su planta productiva. México puede tomar ventaja de esa oportunidad.
Este es el momento para que la 4T le de un impulso al país. AMLO puede ser recordado como el presidente pragmático que supo adaptarse a las circunstancias, sacó a México de la mayor crisis que se tiene memoria desde la gran depresión y lo volvió un país más próspero, seguro, tecnológico, sustentable y democrático.
O será recordado como el líder dogmático cuya caída fue tan espectacular como la del petróleo.