La espectacular falla del Estado
Por más que reviso información alrededor del #coronavirus o COVID-19, más me convenzo que estamos ante una monumental y espectacular falla del estado. El fallo ocurre desde dos perspectivas.
Seré honesto. Yo mismo he oscilado entre las distintas posiciones que cualquier estado ha adoptado. A veces me he convencido de que lo mejor es cerrar todo y forzar a todos a #quedarsencasa o a pensar que es una manera en que los políticos quieren mostrar su poder. En mi defensa, no soy ni mucho menos un experto en los temas de epidemias o pandemias.
La primer perspectiva surge desde la idea de que el estado ha fallado en prevenir la expansión de la enfermedad. La gran mayoría de los gobiernos han fracaso rotundamente en detener el brote, sea cual sea su estrategia. Los casos más exitosos han sido los de las democracias más sanas, como Corea del Sur o Japón. Son países democráticos que cuentan con instituciones y protocolos claros para responder a una crisis de esta magnitud sin depender de la decisión de un político.
Estas democracias cuentan con niveles de democracia y libertad tan altos que existe muy poco lugar a debate sobre qué debe hacerse. Todas las acciones del gobierno están predeterminadas, planificadas y presupuestadas. El control y poder que adquieren los gobiernos en estas instancias es condicionado y limitado. Y en las ocasiones en las que ha tenido que cerrar establecimientos o comunidades, ha compensado a los ciudadanos.
La segunda perspectiva es la económica. El daño económico es y será monumental. Pero no por el daño ocasionado por el virus, ¡sino por las medidas que los propios gobiernos toman!
Se nos ha querido plantear un falso dilema entre la salud y la economía. El dilema es falso. Corea del Sur y Japón nos demostraron que es posible controlar el virus sin afectar la economía. Sus políticas no sólo han sido responsables, sino libres. Son un claro ejemplo del poder de la información.
Cuando a los individuos los provees con información harán lo necesario para cuidarse. No es necesario adoctrinarlos ni forzarlos.
La información es no sólo necesaria para la prevención y expansión, sino para tener una idea clara del problema que se enfrenta. Ha sido muy claro que los países más autoritarios han tenido problemas para reportar datos transparentes. Ya sea por incapacidad o por manipulación.